La creciente demanda de vivienda céntrica y de pequeñas dimensiones movió a nuestro cliente a transformar una oficina, de 25 m², en una vivienda básica.
Para su transformación, y estudiando el público al cual iría dirigida la futura vivienda, se planteó crear un espacio lo más diáfano posible donde compartir usos, compartimentando solo lo estrictamente necesario: en este caso, una cabina para ducha e inodoro. La diferenciación de las áreas funcionales de este único espacio la marcan el mobiliario (un armario) o los elementos decorativos (un simple estor en el área de cocina).
El resultado obtenido ha dado lugar a nuevos encargos de características similares, en los que siempre se parte de la misma premisa: obtener espacios de gran versatilidad donde un sencillo cambio de muebles adapte el uso de la vivienda a las necesidades de un nuevo inquilino.